La FUERZA de un PUEBLO

Publirreportajes
El 20 de octubre de 2018 es una fecha que quedará marcada para todos los rubeños y rubeñas. Aquella madrugada, el municipio se vio sorprendido por el desbordamiento del Río Blanco, cuyas aguas dejaron graves destrozos en buena parte de la localidad. Ahora, un año después de aquel desastre, El Rubio ha recuperado la normalidad casi por completo. Las ayudas de la Diputación de Sevilla, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Defensa han sido principales responsables de esta recuperación, pero, sin duda, el mayor reconocimiento es para los vecinos y vecinas del pueblo que demostraron su solidaridad y se volcaron en todo momento en todas las acciones de limpieza y rehabilitación que se llevaron a cabo.
Hoy el municipio vuelve a ser El Rubio gracias a todos ellos.
¿Qué ocurrió aquel 20 de octubre?
 
El Rubio se despertaba nublado. Algunos chubascos aislados, fuerte viento y algo de frío… lo habitual en esta época del año. Sin embargo, en torno a la 01:00 de la madrugada, todo cambió.
 
Las lluvias y tormentas que se asentaron en la Sierra Sur de Sevilla llegaron al municipio, haciendo que se desbordara el Río Blanco. En poco menos de una hora, gran parte de la localidad se vio asolada. El agua había llegado a cotas muy altas arrasando con todo lo que estaba por su paso. Huertos sociales, instalaciones deportivas, infraestructuras viarias y… los puentes.
 
En minutos El Rubio quedó incomunicado y en estado de alerta.
 
Los principales daños causados por el desbordamiento
 
La llegada de las aguas del Río Blanco a El Rubio dejó daños importantes en la localidad. Una de las zonas más afectadas fue la de los Huertos sociales. Huertos que llevaban en funcionamiento unos meses y en donde, todas las mañanas, se podía ver a rubeños y rubeñas cuidar de sus cultivos y plantaciones. No quedó nada.
 
Visualmente impactante fue mirar hacia el pabellón deportivo. Uno de los mejores polideportivos de la comarca estaba gravemente afectado. La pista interior, los baños, vestuarios… inundados. La infraestructura muy dañada debido a la humedad y, sobre todo, el campo de fútbol. Un campo de césped en el que se había trabajado muchísimo y en el que solo se podían ver charcos y barro.
 
Y por supuesto, los puentes. Las dos infraestructuras que unían a El Rubio con las localidades vecinas de Estepa y Marinaleda se encontraban intransitables. El municipio estaba incomunicado, teniendo solo una salida por la carretera de Lantejuela.
Trabajo y esfuerzo de las administraciones y de todo un pueblo
 
Después de realizar un análisis de todo lo ocasionado, el ayuntamiento se puso manos a la obra para conseguir una solución inmediata. De esta manera, se estableció el proyecto para poder construir de nuevo los dos puentes. Proyecto para el que la Diputación de Sevilla hizo una inversión de más de dos millones de euros.
 
La Junta de Andalucía también ayudó en este sentido y, cómo no, el Ministerio de Defensa, haciendo que el Ejército de Tierra elevará un puente articulado móvil en solo 48 horas, para poder abrir una vía de entrada y salida al pueblo.
 
Pero el mayor trabajo y esfuerzo de todos lo hicieron los rubeños y rubeñas. Muchos vecinos y vecinas se pusieron sus botas de agua el 21 de octubre y comenzaron a limpiar todas las zonas afectadas.
 
Vecinos de todas las edades que llegaban al ayuntamiento para preguntar qué podían hacer y ofrecer todos los recursos que tenían a mano. Escobas, cubos, paños, vehículos… todo era poco para ayudar a su pueblo.
 
Durante varias semanas, se pudo ver a muchos rubeños y rubeñas con el traje de “faena” intentando recuperar todo lo que se había perdido en la inundación. Lo consiguieron. Fueron jornadas muy duras donde había cansancio físico, tristeza, impotencia…
 
Pero todo esfuerzo tiene su recompensa. Tras un año, El Rubio vuelve a tener sus dos puentes en perfecto estado, mejorados, con una infraestructura mucho más robusta. Vuelven a tener sus huertos para seguir cultivando sus cosechas y en apenas unos meses, las instalaciones deportivas estarán rehabilitadas por completo.
 
Después de un año, El Rubio vuelve a brillar, un brillo que jamás se hubiera podido conseguir sin la solidaridad de todos sus vecinos y vecinas.