Me siento muy de Écija y siempre que puedo me escapo para ver a mi familia y amigos.
En nuestra primera conversación con Mercedes Martín esperábamos que todo girara entorno al tiempo, el cambio climático y su experiencia en televisión, pero esta ecijana con la que nos despertamos cada mañana en el informativo matinal de Antena 3, nos ha sorprendido hablándonos de su pasión por el mar, por los viajes y por su profesión, la oceanografía.
Ahora Magazine: Mercedes, ¿en qué momento una joven ecijana, de la seca y calurosa campiña sevillana, es atrapada por el amor al inmenso océano?
Mercedes Martín: Desde pequeña. Siempre tuve una conexión especial con el mar. Mi primer contacto fue cuando tenía 20 meses en Isla Cristina, Huelva. Mi madre ya decía que me quedaba embobada con las olas. Conforme iba cumpliendo años me preguntaba el porqué de las corrientes, oleaje, mareas… (La sirenita tenía mucho que ver [risas] la podía ver hasta tres veces al día).
AM: Es la oceanografía la que te lleva fuera de Écija a todo el mundo…
MM: Sí, la atracción por el mar era tan grande que me fui a Cádiz a estudiarlo y bucearlo. Ahora por motivos de trabajo, estoy lejos, pero, cuando tengo un par de días trato de encontrarme con él.
AM: ¿Qué encuentras bajo del mar tan apasionante?
MM: El desconocimiento, la armonía, la tranquilidad… El poder estar zambullida sin estar pendiente del Whatsapp, y sólo escuchar el sonido de mi respiración. En los últimos 50 años hemos aprendido más sobre los océanos que en toda la historia, y ahora sabemos que tenemos el poder de dañarlos y que eso nos afecta a todos. Regulan el clima y nos aportan oxígeno, recursos alimenticios y minerales. Millones de kilómetros cuadrados donde no existen fronteras para las grandes criaturas que los habitan: ballenas, tiburones, mantas gigantes oceánicas…
AM: En qué momento se cruza en tu vida la meteorología, algo aparentemente alejado de las profundidades…
MM: En cuarto de carrera, asignatura optativa (Meteorología). La atmósfera y el océano están acoplados… interconectados. .. ¿Alguna vez has estudiado el ciclo del agua? El calor del Sol hace que el agua del océano se evapore y vaya al aire en forma de vapor de agua. El vapor de agua forma nubes, y algunas nubes producen lluvia. La mayoría de la lluvia cae en los océanos, regresando el agua a los mares. Éste es un ejemplo de cómo están conectados la atmósfera y los océanos.
AM: Y de la meteorología a la televisión…
MM: Casualidad. Hice las prácticas en televisión española y mi profesor de Máster terminó recomendándome en Antena 3 . Fui al casting sin haber estado ni una sola vez en televisión. Las piernas me temblaban. Acabé la prueba y la sensación no era nada buena. …Y cuando me llamaron informándome que el puesto era mío, no terminaba de creérmelo. Días después asimilé que mi vida había cambiado.
AM: El trabajo de oceanógrafa es discreto, casi desconocido… Aparecer cada mañana en la televisión para dar a conocer el tiempo es todo lo contrario, ¿cómo llevas ser una cara conocida?
MM: Con normalidad. Sigo con mis hábitos pero durmiendo muy poco, nada (risas).
AM: Siendo así, el mar debe de ser el mejor de tus escondites…
MM: Pues sí. Me encanta desconectar del bullicio, estrés, del trabajo… en el mar. Bucear en paraísos imposibles o estudiar tortugas marinas en Costa Rica, son algunos de mis placeres.
AM: Por tu profesión y por tu pasión al mar, será difícil imaginar un futuro en Écija…
MM: La vida da muchas vueltas y nunca se sabe. Me siento muy de Écija y siempre que puedo me escapo para ver a mi familia y amigos. Creo que Écija es uno de los pueblos más bonitos de España. Y la gente cuando me ve, siempre me dice lo mismo… Que se puede freír un huevo en la carretera!! Y yo me enfado. Además del intenso calor, tenemos patrimonio histórico y artístico muy importante… Además de gente formidable!
AM: ¿Sigues en contacto con la ciudad? ¿Con su día a día?
MM: No todo lo que quisiera…
AM: Permite que recurra a ese tópico de pregunta de programas de paisanos por el mundo… ¿Qué echas de menos de Écija?
MM: A mi padre, mi gente y mis carreras por los caminos de arena a las afueras del pueblo.
