Humor inteligente Made in Sur Manuel Sánchez Vázquez, Manu Sánchez, es sevillano, humorista, icenciado en periodismo, actor, presentador y empresario. Al echar un vistazo a su curriculum, uno se pregunta ¿cómo se puede aprovechar tanto el tiempo?
Tengo ganas de pringarme, de dar la cara,
aunque sea para que me la partan.
Hace 15 años, un jovencísimo Manu Sánchez se subía a un pequeño y oscuro escenario, con poco más de una veintena de personas, que no estaban precisamente en aquel local esperando un espectáculo de humor. El pub se llamaba Albero y, por aquel entonces, era uno de los locales fijos en las noches ecijanas. Se empezaba a apostar por el monólogo, discretamente, pero poco a poco iban creciendo el número de humoristas, locales y foráneos, que actuaban en los muchos bares nocturnos de principios del nuevo siglo.
Un sevillano de 17 años, con más de 1,90 de altura y sin su peculiar y característica barba, comenzaba una actuación para unos pocos, con la dificultad de ser un “desconocido”. Ya defendía su acento, ya tenía su estilo, prácticamente el mismo Manu de hoy, pero sin el peso de la fama. Hoy, ya prepara una nueva visita a nuestra ciudad, en esta ocasión el escenario será más luminoso y amplio y el público mucho más numeroso. Dos actuaciones en el Teatro Municipal de Écija con su nueva obra “El Buen Dictador”, nos devuelven a un Manu muy comprometido con su tierra, sus costumbres y su forma de ser. Ahora Magazine ha tenido la oportunidad de hablar con el cómico creador del humor inteligente Made in Sur.
Manu, hace ya casi 15 años que tuvimos la oportunidad de verte actuar en un pequeño local en Écija, en lo que suponemos tus inicios, ¿recuerdas aquella primera visita a nuestra ciudad? ¿Tu vida ha cambiado mucho desde entonces?
Me acuerdo perfectamente, de hecho creo que el pub se llamaba Albero. Era una etapa de juego, de jugar a subirme a los escenarios, de poder escribir para poder entretener a los demás. Lo que al principio era prácticamente un hobby, un complemento lúdico a lo que me gustaba, que era escribir, se ha convertido hoy en mi forma de vida. Me parece, por un lado, que fue ayer, porque me acuerdo hasta del nombre del local, pero por otro, me parece estar haciendo lo mismo, aunque ahora miro y veo que ya no vamos al pub, vamos al teatro, que todo es más profesional, que hay libros de por medio, tele, radio. Noto que ha habido mucho trabajo en estos años.
¿Se echa de menos aquel contacto directo con el público que te daba un pequeño escenario?
Cada cosa tiene su momento y su encanto. Yo me sigo dedicando al público en directo. Cada cosa se cristaliza de una forma, a veces se cristaliza en obras de teatro, otras veces se cristaliza en libros o en televisión. Creo que todo tiene su encanto, aunque el teatro tiene una magia muy especial que engancha.
¿Aquella noche mantuvimos una breve charla, primero me sorprendió tu altura, luego tu edad y por último que afirmaras que tenías 90 monólogos en la cabeza… ¿Tenías 90 monólogos en la cabeza?
Hombre, yo digo, que feo y torpe hubiera sido ensañamiento. En aquella época tenía 17 años, ya tengo 32, ya soy pureta, ya me acuerdo de las discotecas como se llamaban antes, eso es de puretismo avanzado. Pero sí, tenía muchos textos en la cabeza, cortitos, y yo iba navegando de uno a otro, según fuera viendo lo que iba demandando el público. La verdad es que a día de hoy seguimos haciendo lo mismo. Ten en cuenta que en este momento llevamos tres obras de teatro a la vez, que suman casi 7 horas de monólogo, pero bueno como “sarna con gusto no pica” o en este caso “sorna con gusto no pica”… La verdad es que esto es cuestión de entrenar la mente. Sí te digo que un minuto antes de cada actuación no me acuerdo de nada, seguro que no me crees.
Ahora vuelves a Écija con tu nueva obra, ¿no es la primera vez que pisas las tablas de nuestro teatro?
No, hemos estado en el teatro con “El Rey solo” y “El Último Santo”, y también estuvimos en el aniversario de un centro comercial de la localidad. La verdad es que Écija la tenemos en ruta, los ecijanos no nos suelen fallar.
Después de tantos años, tal diversidad de escenarios y público de toda España ¿somos todos los espectadores iguales, nuestra reacción al humor es igual o difiere en cada comunidad autónoma o en cada ciudad?
No hay nadie igual. Esto no va por ciudades, ni por regiones. Ahora en Écija vamos a estar dos días y estoy seguro que la reacción del público será diferente. Esto responde a no se sabe muy bien qué ecuación, la energía se renueva cada día, ese pacto entre el público y el actor es diferente en cada actuación. Tendrá que ver con algo intangible, inexplicable. No podemos imaginar al público como una masa que responde al dni o a donde esté empadronado.
Yo, al mirar al patio de butacas veo gente de tanta variedad de edad, situación, profesión, el humor es un nexo en común que conecta a gente diferente, eso es mágico.
Teniendo en cuenta tu hiperactividad, supongo que Manu no se acaba aquí, ¿qué está por llegar?
Esto es como el rodeo, aquí no se para. Ahora estoy saboreando el estreno de “El Buen Dictador”. Además estamos, como te he comentado anteriormente, combinando las tres obras de teatro. Seguimos presentando el libro “Surnormal profundo”, y a punto de presentar otro libro, el primer pregón heterodoxo de la Semana Santa de Sevilla, al que le hemos puesto mucho cariño. Están por llegar nuevos proyectos de televisión, radio y todo lo que nos echen.
La verdad es que tengo ganas de pringarme, de dar la cara, aunque sea para que me la partan.
El Buen Dictador de Manu Sánchez.
Teatro Municipal de Écija, días 7 y 8 de abril de 2018.