Bizcochos
Marroquíes

Reportajes
Reza la receta que sólo llevan huevos, azúcar, Flor de Harina,y la «Gracia de Dios». 265 años elaborándose en la más estricta reserva del silencio monacal
Los bizcochos marroquíes son, a día de hoy, la más antigua y genuina manifestación de la repostería conventual ecijana. El origen de la receta data de 1752 cuando Antonia Mónica Garnica y Córdoba, Marquesa de Valdetorres, ingresa en el Monasterio Concepcionista. Sor Mónica de Jesús se haría llamar desde entonces.
 
La receta de la Marquesa de Valdetorres fue uno de los secretos más celosamente guardados por las Concepcionistas de Écija durante dos siglos. Manos expertas de cientos de hermanas dedicadas a la clausura desplegaron su saber hacer con estos tres ingredientes básicos. El cuarto, nunca se ha sabido. Ése último ingrediente es la Gracia Divina, un misterio que no están dispuestas a revelar ni siquiera ahora, en los tiempos en los que ya todo se sabe y cualquiera puede elaborar una receta en casa de cualquier parte del mundo.
 
Esa es su baza. Ese es su misterio. Y quizás por eso, ir a comprarlos sigue siendo un ejercicio de puro protocolo. Antesala fría de techos altos, torno de madera al fondo, un timbre que suena, una voz pequeña y dulce que saluda: «Ave Maria Purísima». «Sin pecado concebida» respondemos de forma automática. Y a través de ese pequeño hueco se nos quiere colar el alma para saber un poco más de su vida en el encierro voluntario, se nos quieren ir los ojos para ver qué se hace más allá de los muros que nos separan.
 
Lo único que nos une a ellas es su trabajo, sus dulces, esas pequeñas delicias que nos transportan a otras épocas, que explotan en la boca con sabores imposibles de desentrañar. Así debe seguir siendo. Mantengamos el misterio.
Un misterio que a partir de 1943 fue compartido con las Religiosas Dominicas de Santa Florentina, cuando dos jóvenes amigas ecijanas decidieron consagrar sus vidas a Dios y profesar ese año; una de ellas en el convento concepcionista, la otra en el de Santa Florentina. La Concepcionista comunicó la receta a la Dominica y el bizcocho empezó a elaborarse también en el convento de Santa Florentina.
 
Tras avatares del Destino, el Convento de las Concepcionistas Franciscanas, más conocido como Las Marroquíes, cerró sus puertas a finales de 2014 y la única religiosa que quedaba en él fue trasladada a la vecina localidad de Osuna. Ella y el secreto de la elaboración de los bizcochos. Desde entonces y hasta hace unos meses la ciudad se vio huérfana de su dulce conventual más famoso.
 
Pero era de justicia que los Bizcochos Marroquíes volvieran a ser elaborados en la ciudad. Desde hace unos meses se pueden adquirir precisamente en el Monasterio de Santa Florentina, uno de los más antiguos de la ciudad de Écija, y fieles a la receta de siempre.
 
Un arco ojival del siglo XVI que da acceso al torno nos saluda cuando accedemos por la calle Zurcideras. De nuevo el saludo de las madres nos recuerda el voto concepcionista: “Ave María Purísima”. De nuevo el ritual de la respuesta: «Sin Pecado Concebida». De nuevo la curiosidad hacia lo inaccesible.
 
Los Bizcochos Marroquíes y su secreto han vuelto a casa.