Ponemos al otro lado del micrófono a dos grandes comunicadores de la radio. Su incomodidad y timidez es patente cuando la cámara y la grabadora comienzan a funcionar. Su trabajo es estar siempre en la sombra, en muchos casos solo conocemos su voz o una referencia de su nombre y apellido al comenzar o terminar un programa. Los Yélamo llevan más de 30 años narrando nuestra historia en frecuencia modulada. Hoy somos nosotros los que preguntamos y ellos quienes responden.
El apellido Yélamo forma parte de la historia reciente de la radiodifusión de Andalucía. Primero Manuel y después sus hermanos Antonio y Damián, todos naturales de Écija, todos apasionados por la radio. Una de las sagas más importantes de comunicadores que continúa acercándonos la actualidad a través de un medio de comunicación que, a pesar del avance de la tecnología, sigue estando vigente.
Nos han abierto las puertas de los estudios de la Cadena SER en Sevilla, quizás uno de los puntos periodísticos más importantes de Andalucía y uno de los más destacados de nuestro país. No es difícil adivinar quién es el hermano periodista y quién el técnico, pero ambos están poco entrenados en contestar preguntas y mucho menos en ser protagonistas de una noticia. Es la ventaja de dedicarse al mundo de las ondas, ese anonimato que hoy vamos a romper con esta entrevista.
Ahora Magazine: Antonio, Damián, siendo vuestra familia de una ciudad de poco más de 40 000 habitantes y teniendo en cuenta que vuestra juventud estuvo enmarcada en la década de los 70 ¿cómo se explica que tres de los cinco hermanos de la familia Yélamo se hayan dedicado al mundo de la radio?
Antonio Yélamo: Entiendo que nuestro hermano mayor, Manolo, nos marcó el camino de amor a la radio. Gracias a él y a nuestros padres, Manolo y Valle. Como sucedía en muchos hogares de aquella época, el aparato de radio era el centro de todo. A través de esa “caja mágica” escuchábamos a “Manolín”, como nosotros lo llamábamos, en La Voz de Andalucía, de Córdoba, interviniendo en un programa que se llamaba Minarete. Recuerdo su voz y hasta la sintonía del programa. Pero es que, además, desde muy pequeños fuimos educados en la lectura de la prensa. A pesar de las dificultades económicas, en casa siempre había periódicos y hasta revistas de información general y taurina que ojeábamos y veíamos con muchísimo interés. Creo que ese ambiente nos familiarizó con los medios de comunicación, de forma natural. De una u otra forma, nos estaban fomentado la curiosidad y el espíritu crítico, precisamente, ingredientes imprescindibles para ejercer el periodismo. De ello puede además dar fe nuestra hermana Pepi. Desde su niñez se descubrió como una gran lectora solidificando de una manera muy precoz la inteligencia que le caracteriza. Era lo que se dice toda una empollona. Notas de matrículas de honor. Optó por hacerse una extraordinaria docente y siempre ha estado muy cerca de nosotros. Hemos estado los tres hermanos que quedamos en la familia, tras faltarnos primero Rafael y luego Manolo, muy unidos.
Damián Yélamo: Mi padre, sin pretenderlo, me inicio en el mundo de la electrónica, él había hechos sus pinitos, montó la famosa Radio Galena, me lo contó y despertó en mi la curiosidad por todo lo técnico .Posteriormente el que mi hermano Manolo trabajara en la radio, nos marcó a todos. Fue con él con quien me inicié en la Radio, le nombraron director de Radio Minuto de Sevilla y comencé a colaborar. Instalé un repetidor y comencé a aportar información local desde Écija.
AM: Echando la vista atrás y con las experiencia y madurez que dan los años, ¿Cómo ha sido el camino?
AY: Después de más de 30 años de profesión, lo que uno más valora es que el destino me haya situado en esta actividad. Uno se siente un verdadero privilegiado, eso de estar ligado permanentemente a la actualidad es lo mismo que decir estar directamente vinculado con tu entorno, atento a lo que sucede, vivo y dispuesto a servir a los demás contando lo que pasa. Hay muchas profesiones extraordinarias, pero ésta, la periodística, en particular, es, sencillamente, fascinante.
DY: Empecé a partes iguales como redactor y técnico. Fue Manolo quien me animó a especializarme como técnico. Algo que me ha requerido una constante formación. Eso y el trabajo diario se han llevado muchas horas de mi vida, robadas a mi mujer Ana y a mis hijos, pero así es la radio.
Manolo Yélamo
Manolo nos marcó el camino de amor
por la radio
AM: Desde vuestras primeras respuestas habéis nombrado a vuestro hermano Manolo como referente. Está claro que os sirvió de guía, de inspiración…
AY: Manolo es, desde luego, nuestro referente, por supuesto. Para nosotros y, yo me atrevería a decir, que para muchos que tuvieron la suerte de conocerlo y trabajar con él. Hay toda una generación de profesionales de la radio marcados por su impronta, su carácter y su entrega a la radio. Fue nuestra inspiración y nuestro guía. Y lo sigue siendo cada día que pasa
DY: Es evidente que Manolo nos ha marcado, todos los días me acuerdo de él, siempre pienso como hubiese afrontado él cualquier situación que se nos presenta en el día a día de la radio. Siempre lo comento, Manolo fue un visionario. Quien me habla de él siempre lo hace desde la admiración, el cariño y el respeto.
A.M.: ¿Cómo recordáis vuestros primeros pasos en la radio?
DY: En efecto, se recuerda de Manolo su etapa final, en la que ya ocupaba puestos de dirección y gestión. Pero hasta llegar ahí recorrió un largo camino plagado de éxitos como “locutor”, como se decía antes. Profesionalmente, mis inicios están anclados en Radio Cádiz; después de dos veranos de prácticas en la entonces llamada Radio Popular de Jerez, en donde ya triunfaba mi hermano. Y en cuanto a Damián, lo digo fuerte y claro: no es un técnico, es un pedazo de periodista! Tiene un gran sentido de la labor radiofónica en su visión más amplia y un agudizado sentido crítico de las cosas. Siempre aprendo mucho de él. Encuentra de inmediato lo que es o no pertinente, lo que interesa al oyente y cómo hacerlo. Sabe de esto, tela.
AM: Desde vuestras primeras respuestas habéis nombrado a vuestro hermano Manolo como referente. Está claro que os sirvió de guía, de inspiración…
AY: Manolo es, desde luego, nuestro referente, por supuesto. Para nosotros y, yo me atrevería a decir, que para muchos que tuvieron la suerte de conocerlo y trabajar con él. Hay toda una generación de profesionales de la radio marcados por su impronta, su carácter y su entrega a la radio. Fue nuestra inspiración y nuestro guía. Y lo sigue siendo cada día que pasa
DY: Es evidente que Manolo nos ha marcado, todos los días me acuerdo de él, siempre pienso como hubiese afrontado él cualquier situación que se nos presenta en el día a día de la radio. Siempre lo comento, Manolo fue un visionario. Quien me habla de él siempre lo hace desde la admiración, el cariño y el respeto.
A.M.: ¿Cómo recordáis vuestros primeros pasos en la radio?
DY: En efecto, se recuerda de Manolo su etapa final, en la que ya ocupaba puestos de dirección y gestión. Pero hasta llegar ahí recorrió un largo camino plagado de éxitos como “locutor”, como se decía antes. Profesionalmente, mis inicios están anclados en Radio Cádiz; después de dos veranos de prácticas en la entonces llamada Radio Popular de Jerez, en donde ya triunfaba mi hermano. Y en cuanto a Damián, lo digo fuerte y claro: no es un técnico, es un pedazo de periodista! Tiene un gran sentido de la labor radiofónica en su visión más amplia y un agudizado sentido crítico de las cosas. Siempre aprendo mucho de él. Encuentra de inmediato lo que es o no pertinente, lo que interesa al oyente y cómo hacerlo. Sabe de esto, tela.
DY: Yo comencé en Radio Minuto con Manolo de director. Antes había sido mecánico de automóviles. Cuando la familia Algarra instaló Radio Écija di el salto definitivo. Me contrataron para el montaje de la emisora y me quedé de técnico y control.
Antonio Yélamo
A.M.: En una carrera de tan largo recorrido, ¿Cuál fue el vuestro?
AY: El punto de inflexión en mi trayectoria está en su propio inicio. Fue una suerte aterrizar en una emisora como la de Radio Cádiz, de la SER, que venía del gran impulso que le dio en su momento, Joaquín Durán, hoy máximo responsable de la RTVA. Y coincidir allí con una excelente periodista: Inés Alba, con la que aprendí lo necesario e imprescindible para sentirse uno periodista, comprometido con tu entorno.
DY: El mío fue el cambio de Radio Écija a Radio Popular de Estepa, la que hoy es SER Andalucía Centro, donde continuo desarrollando mi vida profesional, donde pasé de técnico a asumir la responsabilidad del departamento técnico. Todo un reto profesional y personal para mí, un cambio radical en mi vida y en la de mi familia.
A.M.: Como testigos de la historia reciente de nuestro país, ¿Qué momento, periodísticamente hablando, os ha marcado o recordáis con especial cariño en todos estos años?
AY: He tenido la suerte de vivir de cerca numerosos acontecimientos, muchos de ellos muy relevantes y trascendentes. Es el privilegio que te otorga esta profesión. Pero, puestos a recordar y resaltar, uno prefiere las pequeñas cosas, pero al mismo tiempo llenas de vida y sabiduría. Recuerdo la historia de una mujer que, gracias a una operación, recuperó la vista tras muchísimos años de ceguera. Era una señora de Chiclana que explicaba, con la gracia que da la tierra, la impresión que le dio ver a su marido, ya viejo, con el pelo blanco. Fue una entrevista radiofónica muy gratificante. En contraste con ello, citar la pesadumbre que me ocasionó ver a trabajadores fallecidos y otros malheridos en un gravísimo accidente laboral en el astillero de Cádiz. Y no puedo olvidar el sentimiento de dolor, luto y rabia que se apoderó de toda Sevilla tras el asesinato, a manos de pistoleros de ETA, del teniente de alcalde, Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión Martínez, en 1998.
DY: Yo recuerdo, estando en Radio Écija, que me impresionó el recibimiento que le dio la ciudad al su torero Pepe Luís Vargas tras la grave cogida que sufrió en Sevilla. Y por supuesto, el ascenso del Écija Balompié a Segunda División. Fueron momentos increíbles.
A.M.: La Cadena Ser ha sido vuestra casa. ¿Qué os ha aportado como profesionales?
AY: A la SER le debo lo que soy, profesionalmente hablando. Toda mi carrera la he desarrollado en esta casa. Y eso es toda una suerte. Arrancar y crecer como profesional en el primer medio radiofónico de este país no es cualquier cosa.
DY: Sin duda el orgullo de trabajar en el grupo de comunicación más importante y más escuchado del país.
A.M.: Para terminar, Écija. ¿Es vuestro retiro, un lugar de encuentro o solo fue un punto de partida?
AY: Siempre estaré agradecido a Écija por el reconocimiento que se hizo en su momento, a través de sus representantes municipales, a Manolo como Hijo Predilecto. Y es el lugar de mis orígenes, que nunca olvido. Écija significa, para mí, el recuerdo de nuestros padres, que se sacrificaron permanentemente para sacarnos a todos adelante.
DY: Yo tengo la suerte de vivir en Écija, aunque por mi trabajo visito casi a diario pueblos de Sevilla, Córdoba o Málaga y siempre que tengo ocasión digo que “Yo soy de Écija”, creo esta frase lo dice todo.
Damián Yélamo
El periodismo es sencillamente fascinante
Antonio y Damián Yélamo