SONIA PRIEGO
La naturalidad del éxito

Entrevistas
la-hungara-01
Para nosotros es Sonia Priego, aquella jovencísima muchacha que tras empezar a bailar con las hermanas Soria montó su academia, a la que veíamos subir a un escenario para acompañar y cantar a sus niñas mientras estas bailaban. Más allá de nuestras fronteras y, después de aquel primer disco “Camarón”, el fenómeno de La Húngara sigue en lo más alto. Conciertos con llenos absolutos, publicación de un disco por año, ejército de fieles seguidores y hasta un programa de radio semanal para toda España.
 
Sonia sigue siendo la misma, sin renunciar a sus raíces, viviendo en Écija, rodeada y disfrutando de su familia, en lo personal y en lo profesional. Tal vez por seguir manteniendo los pies en el suelo, a sus paisanos nos cueste medir su éxito, y solo cuando salimos fuera y decimos que somos de Écija, alguien nos pregunta con entusiasmo “¿Écija? ¡De donde es La Húngara!”.
 
Ahora Magazine ha querido conocer más a Sonia a secas, y ella, demostrando una vez más su naturalidad y accesibilidad, nos habla sin tapujos.
 
Sonia, ¿cuántos años ya en la música?
 
Yo llevo en la música desde siempre. Primero con el flamenco y mi academia. Acompañando a mis niñas en concursos, en actuaciones. Pero profesionalmente, desde el nacimiento de Sonia O’Hara, mi hija. Es decir, dieciocho años.
 
¿Cuándo y cómo nace La Húngara?
 
No sé si lo sabe mucha gente. Es un clic que llega y que nadie sabe cómo sucede. Y que confirma que la suerte y estar en el momento adecuado, es imprescindible.
 
Yo de pequeña siempre he jugado a ser artista, eso es lo que quería. Con la academia, siempre le decía a mi guitarrista, Antonio García: “Antonio, ¿por qué no grabamos algo y probamos?”. Mi ilusión era poder tener algo que la gente lo escuchara, sobre todo la gente de mi pueblo, no iba más allá. Además, quería que me conocieran por mi nombre, Sonia Priego. Y que un día la gente cantara las canciones que yo grababa. Y un día ese sueño se hizo realidad.
 
Aunque suene raro, todo empezó en una despedida de soltera de una amiga, a la que he de decir que no quería ir. Pero aquello estaba para mí. En la despedida había un karaoke. Me animaron a subir al escenario y cantar, y a mí que no me hace falta que me toquen las palmas, pues me subí. Con la suerte de que en el local estaba uno de los trabajadores de la oficina del que hasta el día de hoy es mi productor, Francisco Carmona “El Cali”.
 
¿Así de sencillo y de espontáneo?
 
¡Qué va! Este hombre me dijo para quién trabajaba y me pidió el teléfono, pero yo pensé que lo que quería era ligar conmigo. Y dije, yo a este no le doy mi teléfono ni muerta. Entonces él me dio el teléfono de la oficina para que fuera yo quien llamara. Supongo que notó mi desconfianza.
 
Al día siguiente llamé, me pidieron que fuera a hacer una prueba, aunque yo seguía sin fiarme. Así que me armé de valor y me presenté en Dos Hermanas, en la oficina del productor, con mi guitarrista, mi padre, una prima mía y una amiga. Vamos, que iba segura. Cuando yo entré en la oficina y empecé a ver en la pared colgados todos los discos de artistas que yo escuchaba, pensé: no creo que nadie monte todo esto para ligar conmigo, va a ser verdad (risas).
 
Francisco Carmona es un productor y compositor muy importante. Yo no lo conocía, pero había trabajado con mucha gente. Me hizo una prueba y me dijo, no se me olvidará en la vida: “No tienes una voz privilegiada, pero tienes algo diferente, y eso a la gente le encanta”. Me propuso grabar una maqueta y empezar a moverla en discográficas. Yo llegué a mi casa, busqué las cintas que tenía y, efectivamente, en la gran mayoría pude leer “temas compuestos por Francisco Carmona” o “disco producido por El Cali”. Aquello me dio un subidón que ya te puedes imaginar.
 
¿Y cuándo tienes conciencia de tu éxito?
 
Pues mira, yo grabé mi primer disco, Camarón, en primavera. En verano me voy a Matalascañas de vacaciones, a un estudio de veinte metros cuadrados y con toda la familia. Un día, paseando por el paseo marítimo, escuché una de mis canciones en un chiringuito, después pasé por otro y lo mismo. Así hasta cuatro o cinco veces. Después empecé a ver pasar coches con mis canciones a tope. Ese fue el momento en el que me pregunté: ¿pero aquí qué está pasando?
 
La suerte y estar en el momento adecuado es imprescindible
¿Sonia en Écija y La Húngara fuera?
 
Aquí en Écija tengo mis momentos Húngara. Pero sí, yo aquí soy Sonia. Justamente el otro día, comprando en el súper de mi barrio, me encontré a una niña que me vio y no dejó de seguirme por todo el súper hasta que su madre me pidió que me hiciera una foto con ella. La niña estaba emocionadísima y, ahí sí, por ellos soy La Húngara.
 
¿Crees que en Écija se conoce la dimensión de tu éxito?
 
Es verdad que cuando voy fuera, cuando voy a cualquier pueblo o ciudad, la gente me recibe de una manera increíble. Aquí, pues la gente está más acostumbrada a verme, me conocen de toda la vida. Pero es cierto que, aun así, uno quiere y necesita el calor de su tierra, de su pueblo. Cuando hago una presentación de un disco, o cualquier evento o concierto en Écija, yo soy artista, pero antes de nada soy persona y, como para cualquiera, el cariño de tu pueblo y de tu gente es muy importante.
 
¿Puede ser que el motivo sea porque sigues siendo la misma? No has creado un personaje, eres tal cual…
 
Puede ser. Yo soy como soy. No puedo, ni quiero ser de otra manera. A mí me gusta ser yo, Sonia Priego, de aquí de Écija, de los Pisos Amarillos, la que empezó bailando con las hermanas Soria. Que no se me olvide de dónde vengo.
 
Entonces, ¿Sonia se viene arriba cuando es La Húngara? ¿Te exageras un poco?
 
No. A lo mejor al principio sí. Yo no tenía un estilo de vestir definido. Recuerdo que quería salir al escenario y si tenía unos pendientes me los ponía, si tenía este cinturón me lo colocaba… Pero no lo hacía por exagerar, solo porque quería, me sentía así. No exagero nada, yo soy así, tal cual. Soy muy auténtica. A lo mejor en el día a día, me relajo, pero soy muy real, como todo el mundo me ve.
 
Sonia, ¿cómo se hace para sacar un disco por año?
 
Pues con mucho sacrificio. Te pierdes muchas cosas, sobre todo con la familia. Pero es verdad, que yo tengo la sensación de tener dos familias: una la de sangre y otra, mis seguidores. Te quieren, te adoran. Me consta, porque me lo cuentan, hay muchos fans que se levantan con un día malo y, el solo hecho de escuchar una canción o ver una nueva foto tuya en redes, a ellos les cambia el chip y su día. Eso es muy bonito.
 
Siempre he jugado a ser artista
¿Tu género musical exige un disco por año?
 
Sí. Los seguidores lo piden. Enseguida quieren material nuevo.
 
¿Eres más artista de discos o de directo?
 
Yo soy más de directo, pero mis seguidores piden discos, eso es así. Aunque es verdad que hay gente que ha venido a conciertos sin ser seguidor y, tras la actuación, salen con el hambre del disco. Yo vengo de donde vengo, lo mío es el directo.
 
Hablamos de otra de las tantas cosas que haces. Sabemos que, además de lo estrictamente musical, haces una colaboración en la emisora de radio nacional Radiolé, “El consultorio de La Húngara”…
 
Sí. Esta temporada, ya llevo varias, la estamos dedicando a los niños. Nosotros llamamos a niños que son seguidores de La Húngara y le damos la sorpresa antes de entrar al cole, o algunos que llaman porque quieren contarme lo que han hecho en su cumpleaños. Ahora me he convertido en la nueva Teresa Rabal (risas). Cada vez más veo en los conciertos que las primeras filas son de niños y adolescentes. Es muy bonito.
 
¿Pero en temporadas anteriores era un consultorio, casi un consultorio sentimental?
 
Sí, me encantaba. Estoy deseando retomarlo. La gente me llamaba para preguntarme y contarme sobre cualquier tipo de problema. Desde «me he separado», o «quiero divorciarme pero no sé cómo dejar a mi marido» hasta «¿qué me pongo?». No sabes por donde te van a salir. Recuerdo que lo mejor y más curioso que me pasó, es la vez que me llamó una mujer desde el cuarto de baño, hablando muy flojito y diciéndome que tenía un amante y que en la cocina estaba su marido, que qué hacía. No te imaginas el sufrimiento que tenía. Pero era genial, te juro que estoy deseando volver.
 
Yo vengo de donde vengo, lo mío es el directo
Antes de terminar, ¿cuándo tenemos en la calle el disco número diecinueve?
 
Pues estamos en ello. Hemos tenido un periodo personal complicado, pero ya estamos a tope. Estoy componiendo y me están componiendo, así que espero entrar en el estudio entre enero y febrero y poder presentar el nuevo trabajo en primavera.
 
¿Y los conciertos, eso es un no parar?
 
Sí, eso es continuo. No paramos. Terminamos la gira de verano y empezamos la de invierno. Prácticamente todos los fines de semana.
 
Sonia, ha sido un placer conocerte más, conocer tus historias y tus proyectos. Te deseamos toda la suerte del mundo. Muchas gracias por hacernos un hueco en tu apretada agenda y te emplazamos a la presentación de tu nuevo disco.
 
Muchas gracias a Ahora Magazine por abrirme esta ventana y poder contarle a mi pueblo tantas cosas.
 

Tengo dos familias: una la de sangre y otra mis seguidores